31 de enero de 2010

27 de enero de 2010

Tras los Ojos de...

"Ce n'est pas pour faire du mal que je permets à mon amant de dormir dans le lit de mon mari. C'est parce que je n'ai aucun sens du sacré."
--Les Cahiers Secrets (journal Octobre 1931-1932), Anaïs Nin

21 de enero de 2010

Los Hijos del dios McDonald

Hoy vi frente a mí al pasado. Los vi a todos ellos, los artífices y actores de esa obra tan burda y patética. Vi sus rostros, reconocí sus pensamientos, adiviné sus palabras, y me dí cuenta de que todos ellos quedaron atrapados en esa cloaca inmunda que embotó sus mentes y los abandonó a un rincón intemporal de imbecilidad.

¿Cómo pude haberlos soportado sin recriminarles constantemente todos sus infantilismos, todos sus dramas excrementales, todos sus naufragios en charcos de lodo? ¿Cómo fue posible que fuese tan compasiva con quien no merece compasión cuando uno compara hasta qué punto llegan sus iniquidades y egoísmos? ¿Cómo es posible que existan en el mundo masas tan conformistas y mediocres, satisfechas con respuestas hechas de preservantes y carragenina, glorificados por el mero gusto de la asociación con otros clones de ellos mismos?

¿Cómo pretenden que degluta desapasionadamente la idea del dios McDonald, del dios Coca-Cola, del dios mercancía? ¿En realidad creen ustedes, absurdos protozoarios, batracios infelices, que poseen algo mínimamente parecido a una deidad, y que son capaces de esparcir las esporas de la masificación descerebrada por todo el globo? ¿Cuán estúpidamente dañados están?

Los aborrezco por completo, inútiles contentos, imbéciles agradecidos, masa fecal. Los aborrezco con todo mi corazón y con toda mi alma, porque son absolutamente incapaces de percibir con el espíritu, son incapaces de la redención y del sacrificio (ya que todos sus supuestos sacrificios han sido planificados en base a los más simples esquemas de oferta y demanda y costos por beneficios, y constituyen ninguna otra cosa más que una fachada imperfecta para cubrir lo vacío e insignificante de sus existencias), y sin embargo pregonan, usando las frases más tipificadas y rebuscadas (la jerga de los fatuos), que ustedes son los únicos que conocen el verdadero camino del espíritu.

Los impreco, los escarnezco, viles serpientes que sangran a los pobres ingenuos que se atreven a confiar en ustedes. Los execro, los aborrezco, residuos baldíos, nulidades vanas, que suponen cambiar al mundo y son incapaces de reconocerse en un espejo.

17 de enero de 2010

Warholiana


Son bromas, Mannie beau.