17 de septiembre de 2009

La Independencia y La Democracia


"El patriotismo es la virtud de los sanguinarios."
-Oscar Wilde
El 15 y el 16 de Septiembre son fechas que en estas latitudes representan el aniversario en el que se constituyeron varios países latinoamericanos, principalmente en Centroamérica y México. En medio de un golpe de estado y un enfrentamiento social, Honduras hace la patarata de "celebrar" su independencia.

La independencia de Honduras es un artículo de fe política, como diría Schopenhauer. Habría que agregar fe económica. ¿Por qué? Sólo hay que revisar la historia y ver el presente. Comencemos con el origen de todo, la iniciativa de los criollos asentados en nuestras regiones. ¿En realidad era el pueblo el que buscaba gobernarse a sí mismo? ¿En realidad existía una unión popular que buscase ser libre, puesto que habían encontrado que se entendían y que compartían una idiosincracia, y querían un espacio propio para desarrollarse? La respuesta es, sin ninguna duda, NO. La independencia de Honduras se dió por el ánimo y ansias de poder de los criollos, que por ser criollos no podían gobernar. Si no hubiera existido esa enrevesada y absurda división que hacían los españoles y se les hubiera permitido, desde el principio, tener algún tipo de poder a los criollos, la independencia no habría sido necesaria (al menos no en ese momento).

Luego de esto, vino la vergonzosa anexión a México. Después, Honduras se sumió en un período de guerras internas. En este período se evidenció lo que había apuntado anteriormente: no existía una unidad popular. Llegó entonces el período de Marco Aurelio Soto. Junto con él vino la Reforma Liberal, con sus leyes de Modernización. También muchas concesiones a extranjeros y sus compañías. Más golpes de estado, más guerras, y pronto estamos en los quince años de dictadura bajo Tiburcio Carías Andino. Los liberales quieren a Ramón Villeda Morales como presidente. (Durante estos momentos, cualquiera que tuviese alguna filiación con el partido liberal fue perseguido. Lo sé porque mi abuelo fue uno de esos perseguidos. )

Ramón Villeda Morales finalmente asume, ayudado por la Asamblea Nacional Constituyente, la presidencia del país. Otro golpe de estado militar ocurre el 3 de Octubre de 1963. En 1981 hay elecciones, en parte por presiones de los gobiernos estadounidenses. En 1982 se aprueba la Constitución que actualmente tenemos, en la que se prohíbe la reelección de los presidentes. De ahí vienen todos los presidentes de la "democracia" moderna: Roberto Suazo Córdoba, José Azcona Hoyo, Rafael Leonardo Callejas, Carlos Roberto Reina, Carlos Roberto Flores, Ricardo Maduro y el último, Manuel Zelaya Rosales. Todos ellos lamebotas de los extranjeros. Todos ellos serviles ante los organismos. Corruptos. Atados a intereses de grupos.

Ante esta breve reseña histórica, ¿es en realidad posible creer o pretender que Honduras alguna vez ha sido "independiente" o "democrática"? La democracia de nuestro país siempre ha estado subvencionada por el que pueda proporcionar mayores ayudas económicas. "Por la plata baila el mono", como dicen por ahí. El sistema político hondureño, como ya todos sabemos, es eminentemente bipartidista. Poder escoger entre dos bancadas que son en esencia el mismo grupo de empresarios difícilmente representa el sentir del pueblo.

De este sistema bipartidista surgió el monigote bigotón que ostentaba el cargo de "excelentísimo presidente de la república". Manuel Zelaya Rosales. Un pequeño-burgués, hacendado, con un padre asesino e impune, un tipo que ni si quiera logró terminar una carrera universitaria. Uno de esos políticos de dinastía. Definitivamente le ayudó que el candidato opositor, Porfirio Lobo Sosa, otro delincuente que se rehusó a dejar la presidencia del Congreso Nacional para perseguir sus aspiraciones políticas y se aprovechó del presupuesto de esta entidad para financiar dicha campaña, se presentara a sí mismo ante el pueblo como un individuo loco y extremista, con una campaña embadurnada de malas intenciones.

Y luego Zelaya salió con que él era el pueblo. Con que la Cuarta Urna (un mecanismo para convocar una Asamblea Nacional Constituyente y abolir la Constitución actual) iba a solventar todos los problemas de los pobres.

Nótese que la Constitución es reformable en un 95% por ciento a través de los instrumentos pertinentes. Los únicos artículos que no pueden ser reformados son los pétreos, entre ellos el que prohíbe la reelección.

El 28 de Junio del 2009, Roberto Micheletti y las Fuerzas Armadas dan un golpe de estado a Manuel Zelaya. Irrumpieron con armas a su casa, lo obligaron a firmar un documento, lo subieron a un avión y lo botaron en Costa Rica, provocando que un problema interno se volviera internacional. Bravo. Aplausos. Para colmo, cortan las telecomunicaciones en el país, transmiten la reunión en el Congreso en la que se establece que "no fue golpe, fue sucesión constitucional" (a ver, enséñenme el artículo de la Constitución donde diga que si un tipo quiere abolir la Constitución hay que botarlo en otro país y ponerle pistolas en la cara). Se da lectura al documento que Zelaya fue forzado a firmar, y entonces tuve ganas de vomitar, mientras veía mi televisor sentada en la sala de mi casa. Y en este punto es donde comienza el oscuro episodio que vivimos actualmente los hondureños. Blancos contra rojos. Golpistas contra comunistas.

La democracia no está en un hombre que quiere abolir la ley que establece los límites de su poder.

La democracia no está en la censura de medios que no comparten la opinión del gobierno.

La democracia no está en el escarnio hacia las autoridades actuales.

La democracia no está en ignorar los crímenes que hayan sido cometidos, sean o no con las mejores intenciones.

La democracia no está en el apoyo radical, en las acciones radicales, en el odio, en la destrucción a la propiedad pública y privada.

La democracia no está en la repetición automática de consignas.

La democracia no está en la represión ni en la violación de los derechos humanos.

La independencia no se logra sin democracia.

No hay comentarios: