17 de abril de 2012

Precious Illusions

Hace algún tiempo aprendí que las ilusiones no son más que un bocado suave, un algodón de azúcar, un par de lentes rosados que tiñen el ojo de quien los porta sin cambiar la realidad que sigue en su frenesí al otro lado del vidrio de color. 

Por ahí dicen, sin embargo, que a veces es mejor tener un poco de ilusión a no tener ninguna. Realmente no lo sé. Lo que sí sé es que esos lentes de colores no me vienen bien por el momento. 

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