29 de octubre de 2009

My Bluejay

"Después de algunas horas de muerte, de pronto un arrendajo chilló ¨Shelmerdine¨ y, deteniéndose, Orlando cogió uno de aquellos azafranes de otoño, porque dicho nombre significa eso para muchas personas, y se lo puso en el pecho con una pluma de arrendajo que cayó dando vueltas azules entre las hayas. Entonces, ella llamó ¨Shelmerdine!¨ y la palabra salió disparada por aquí, por allá, a través de los árboles y llegó hasta donde estaba él sentado, haciendo maquetas en la hierba con cáscaras de caracoles. Él la vió venir, la oyó acercarse con la flor de azafrán y la pluma de arrendajo en el pecho, y llamó ¨Orlando¨, lo que significaba (debemos recordar que cuando colores tan brillantes como el azul y el amarillo se mezclan en nuestros ojos, se interponen en parte de nuestros pensamientos), ante todo, que los helechos se doblegaban y oscilaban como si algo cruzara entre ellos; y ese algo era como un barco a toda vela, meciéndose y cabeceando como en sueños, como si dispusiera de todo un año de días estivales para llevar a cabo su viaje; y entonces, el barco se aproxima, virando hacia aquí, virando hacia allá, noble e indolentemente, y cabalga sobre la cresta de esta ola y se hunde en la sima de aquella otra, hasta que de repente, está ante tí (que lo miras desde la cáscara de nuez de un bote), con todas las velas palpitantes, y luego, he aquí que caen todas de golpe sobre cubierta...como caía ahora Orlando sobre la hierba junto a él."

--Virginia Woolf, Orlando

Jaune, jaune, jaune, jaune, jaune....jaune tous les jours, tous les heures, dans mes lèvres, doucement, jaune dorée, jaune, jaune, jaune....les signes ne se cachent plus, mon amour, my bluejay.


1 comentario:

Manuel dijo...
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