23 de noviembre de 2013

Un petit poing cassé


"Pero lloro lo mismo, Rocamadour, me equivoco, porque a lo mejor soy mala o estoy enferma o un poco idiota, no mucho, un poco pero eso es terrible, la sola idea me da cólicos, tengo completamente metidos para adentro los dedos de los pies, voy a reventar los zapatos si no me los saco, y te quiero tanto, Rocamadour, bebé Rocamadour, dientecito de ajo, te quiero tanto, nariz de azúcar, arbolito, caballito de juguete..."
--Julio Cortázar, Rayuela 

Dicen que el corazón es del tamaño del puño. Un puño de mujer no es una cosa tan grande: se ve bastante pequeño, un poco frágil, como desvalido.

Ella salía a la calle con el puño firmemente apretado, como predispuesta a golpear antes de ser golpeada, lista para lanzarse al conflicto. Mirada oscura, hermética; labios sellados. El puño era su armadura; proveía la posibilidad de ataque, pero también de defensa. ¿Quién conoce lo que esconden los breves espacios en el interior de un puño? ¿Quién puede medir la fuerza que dobla los dedos y los encaja, juntos, como un claustro vegetal? 

El puño era el signo del eterno escarnio contra el exterior, la fortaleza maldita de su protección. 

Nadie indagaba qué cosa podría hallarse dentro de esos nudillos, dentro de la piel manchada de un mujer trigueña. 

Las fortalezas, en la época medieval, eran el corazón de la vida: alimentos, familia, trabajo y seguridad se podían encontrar dentro de las murallas. El único motivo por el cual se abandona la fortaleza es por invasión o incendio. 

¿Qué era lo que reptaba, lentamente, acechando el pensamiento?
¿Era acaso ése el murmullo de una pequeña flama azul?

La campaña comenzó. Los pasos, al principio furtivos, se escuchaban ahora con toda claridad, marchando, pisoteando, trepando por su piel, determinados a llegar al puño. El incendio hervía pesadillas en su pecho. 

...

Cuando abrió la mano, encontraron, envuelto en la suave piel del interior, un papel con un nombre escrito. "Inservible," dijeron del botín, y la campaña terminó. 


Un petit poing cassé...


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